Irritación y daño gastrointestinal: Ambas sustancias irritan el estómago, y combinarlas aumenta el riesgo de úlceras y hemorragias digestivas, especialmente en personas predispuestas.
Riesgo de sangrado: El naproxeno inhibe las enzimas COX-1 y COX-2, que afectan la agregación plaquetaria. Esto puede prolongar el tiempo de sangrado en caso de lesiones. El alcohol también puede dificultar la coagulación, aumentando el riesgo de hemorragias.
Impacto en los riñones: En personas deshidratadas o con función renal reducida, la combinación de naproxeno y alcohol puede aumentar el riesgo de daño renal, ya que ambos pueden poner estrés adicional sobre los riñones.
Efectos hepáticos: Aunque el naproxeno no es hepatotóxico como el paracetamol, el consumo crónico de alcohol puede sobrecargar el hígado y aumentar el riesgo de daño en personas con enfermedades hepáticas preexistentes.