Mezclar Ketamina y Salbutamol
es peligroso y te expones a un considerable riesgo.

Hay un riesgo considerable de daño físico al tomar estas combinaciones; deberían evitarse siempre que sea posible.

Tipo de sustancias: Disociativas | Farmaco no psicoactivo

En general, la mezcla de drogas suele aumentar los riesgos y efectos impredecibles, por lo que se desaconseja, pero en cualquier caso es crucial informarse bien de antemano para proteger la salud. Nos guiamos por esta categorización de riesgos.

Efectos y riesgos

Efectos sobre el sistema cardiovascular: El salbutamol puede aumentar la frecuencia cardíaca (taquicardia), lo que puede ser problemático para algunas personas, especialmente aquellas con enfermedades cardíacas. La ketamina también tiene efectos sobre el sistema cardiovascular, aunque en general puede causar hipertensión (aumento de la presión arterial) y taquicardia en algunas personas, especialmente a dosis altas. La combinación de salbutamol y ketamina podría aumentar los efectos sobre el sistema cardiovascular (taquicardia y presión arterial alta), lo que podría ser problemático en personas con hipertensión o problemas cardíacos.

Efectos sobre la respiración: El salbutamol abre las vías respiratorias, lo que puede ser beneficioso para las personas con problemas respiratorios, como el asma. La ketamina, en dosis más altas, puede deprimir la respiración, especialmente en entornos médicos donde se administra a nivel anestésico. Sin embargo, en dosis recreativas más bajas, este efecto puede ser menos pronunciado, aunque sigue existiendo. Aunque salbutamol ayuda a la respiración, la ketamina podría deprimir la respiración en algunas circunstancias, creando una interacción potencialmente compleja que afecte la respiración.

Efectos sobre el sistema nervioso: Salbutamol puede causar efectos secundarios relacionados con el sistema nervioso, como temblores, nerviosismo o ansiedad, debido a su estimulación del sistema simpático. La ketamina puede causar efectos disociativos, como alucinaciones, confusión y alteraciones perceptuales. En combinación con los efectos de la estimulación del salbutamol, puede aumentar el riesgo de agitación, confusión o un sentimiento de incomodidad.


Además de que evitar mezclar fármacos con otras sustancias es clave, ya que podría afectar la evolución de tu enfermedad o provocar interacciones peligrosas, ten en cuenta que la sustancia que quieres tomar puede ser peligrosa por si misma para la enfermedad por la cual tomas el fármaco. Consulta siempre a un profesional de la salud.

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Ketamina

Ketamina

¿Qué es?

Es un anestésico disociativo utilizado en medicina y veterinaria, pero también consumido de forma recreativa por sus efectos psicodélicos y de desconexión del entorno.

Efectos y Riesgos:

En dosis recreativas, la ketamina provoca sensación de relajación, alteraciones en la percepción del tiempo y el espacio, y estados disociativos, donde el usuario puede sentir separación de su cuerpo y entorno. En dosis más altas, puede inducir experiencias intensas (“K-hole”) y pérdida total de contacto con la realidad. Sus riesgos incluyen confusión, náuseas, taquicardia y depresión respiratoria. El uso repetido puede causar dependencia psicológica, problemas urinarios graves (cistitis por ketamina) y deterioro cognitivo.

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Salbutamol

Salbutamol

¿Qué es?

El salbutamol es un broncodilatador de acción corta que pertenece a la clase de los agonistas beta-2 adrenérgicos. Se utiliza principalmente para tratar y prevenir los síntomas del asma, como la dificultad para respirar y el broncoespasmo, así como para el alivio rápido en enfermedades pulmonares obstructivas como la EPOC.

Efectos y Riesgos:

El salbutamol relaja los músculos de las vías respiratorias, facilitando la respiración en episodios de asma o broncoespasmo. Sin embargo, puede causar efectos secundarios como temblores, palpitaciones, nerviosismo, dolor de cabeza y calambres musculares. En dosis altas o uso excesivo, puede generar taquicardia, hipopotasemia (niveles bajos de potasio en sangre) y, en casos graves, problemas cardíacos. Su uso debe ser controlado, especialmente en pacientes con enfermedades cardiovasculares.

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