Efectos sobre los riñones: Ambos medicamentos pueden tener efectos sobre la función renal. La metformina es eliminada a través de los riñones, por lo que su acumulación en caso de disfunción renal puede ser peligrosa. El ibuprofeno, como AINE, puede afectar la función renal, especialmente cuando se usa de forma prolongada o en personas con problemas renales preexistentes. El uso conjunto de metformina y ibuprofeno puede aumentar el riesgo de daño renal en personas con función renal comprometida o en aquellos que toman ibuprofeno de forma crónica.
Riesgo de acidosis láctica: Aunque el riesgo de acidosis láctica asociado con la metformina es raro, este puede ser más probable en personas con función renal disminuida. El uso de ibuprofeno en personas con problemas renales podría aumentar el riesgo de que la metformina se acumule en el cuerpo, lo que podría potencialmente aumentar el riesgo de acidosis láctica, una condición grave.
Efectos gastrointestinales: Ibuprofeno puede causar irritación gástrica, úlceras o sangrado en el tracto gastrointestinal, especialmente cuando se toma a largo plazo o en dosis altas. La metformina también puede causar malestar estomacal o diarrea en algunas personas. Combinarlas podría aumentar el riesgo de efectos gastrointestinales adversos.
Monitoreo de la glucosa: No se espera que el ibuprofeno tenga un efecto directo sobre los niveles de glucosa en sangre, pero el dolor o la inflamación pueden alterar la dieta y el comportamiento, lo que a su vez podría influir en los niveles de glucosa. Es importante que los pacientes con diabetes mantengan un monitoreo regular de sus niveles de glucosa mientras usan ambos medicamentos.