Efectos sobre el sistema nervioso: Acetilcisteína no tiene efectos directos sobre el sistema nervioso central. Su acción se limita a la disolución del moco en las vías respiratorias y la protección hepática.
Anfetaminas, por el contrario, tienen un potente efecto sobre el sistema nervioso central, ya que aumentan la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina, lo que genera los efectos estimulantes, eufóricos y de aumento de energía. No se espera que la acetilcisteína altere los efectos de las anfetaminas.
Efectos sobre el sistema cardiovascular: Acetilcisteína no tiene un efecto importante sobre el sistema cardiovascular.
Anfetaminas aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que puede ser peligroso en personas con enfermedades cardiovasculares preexistentes. La acetilcisteína no interfiere con estos efectos, por lo que es importante tener cuidado si se combinan con cualquier sustancia que pueda aumentar la presión arterial o la frecuencia cardíaca.
Efectos sobre el sistema respiratorio: Acetilcisteína tiene un efecto mucolítico, lo que significa que ayuda a reducir la viscosidad del moco y facilita su eliminación en los pulmones. Este efecto podría ser beneficioso en personas con enfermedades respiratorias, como bronquitis.
Anfetaminas no tienen un efecto directo sobre el sistema respiratorio, aunque pueden aumentar la actividad física y la frecuencia respiratoria como parte de su acción estimulante. Si una persona consume anfetaminas, es posible que respire más rápido, pero no se espera una interacción directa con la acetilcisteína.
Efectos gastrointestinales: Acetilcisteína puede causar efectos secundarios gastrointestinales como náuseas o malestar estomacal.
Anfetaminas también pueden causar efectos como pérdida de apetito, sequedad de boca o malestar estomacal.
Es posible que el uso de acetilcisteína y anfetaminas juntas aumente el riesgo de malestar gastrointestinal, aunque no se considera una combinación peligrosa.