Alivio efectivo del dolor: Dihidrocodeína y paracetamol actúan de manera complementaria. La dihidrocodeína alivia el dolor actuando sobre el SNC, mientras que el paracetamol lo hace a nivel periférico, en el sistema nervioso central. La combinación puede ser eficaz para aliviar el dolor moderado a grave, como el dolor postquirúrgico o dolor muscular intenso, sin un aumento significativo en el riesgo de efectos adversos si se toman en las dosis recomendadas.
Bajo riesgo de interacción peligrosa: No hay una sinergia peligrosa entre la dihidrocodeína y el paracetamol. Es decir, no hay un aumento significativo del riesgo de efectos secundarios graves debido a la combinación de ambos. No obstante, el riesgo de efectos adversos, como la somnolencia excesiva o la dificultad para respirar debido a la dihidrocodeína, sigue presente, especialmente si se toman dosis altas.
Riesgo de daño hepático con paracetamol: El principal riesgo al tomar paracetamol es el daño al hígado si se exceden las dosis recomendadas (normalmente no más de 4 gramos al día para un adulto sano). Por lo tanto, es importante no exceder la dosis máxima de paracetamol al combinarlo con dihidrocodeína para evitar riesgos de toxicidad hepática.
Efectos secundarios de la dihidrocodeína: La dihidrocodeína puede provocar somnolencia, mareos, náuseas, y estreñimiento, que son comunes en el uso de opioides. Al combinarla con paracetamol, los efectos sedantes de la dihidrocodeína no se ven aumentados significativamente, pero el usuario debe tener precaución al realizar actividades que requieran alerta o coordinación motora.
No hay efectos sobre el sistema gastrointestinal: La combinación no presenta un riesgo adicional significativo sobre el sistema digestivo, que a menudo es un problema con los AINEs (antiinflamatorios no esteroides) como el ibuprofeno. El paracetamol no irrita tanto el estómago como otros analgésicos, lo que hace que esta combinación sea más segura en términos de efectos gastrointestinales.